ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la posada del fracaso donde el consuelo brilla por su ausencia y no hay ascensor que te eleve, la desolación y la humedad se abrazan en un colchón compartido. En medio de este escenario desolador, la vida pasa como un huracán por la calle, y un hombre vestido de gris saca un calendario sucio de su bolsillo y, con desesperación, se pregunta en voz alta:
¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
Guardaba ese mes en el cajón donde guardo mi corazón.
Por otro lado, una chica que apenas logró aprobar algunas asignaturas en el instituto se encuentra embarazada después de que su novio la abandonara. Mientras el profesor de latín pasa lista en la pizarra, lágrimas de desamor empañan las páginas de su cuaderno, y en medio de ese desconsuelo ella se pregunta:
¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
Pero, ¿quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo mi corazón.
Y en un tercer escenario, el marido de la madre decide partir en el último tren con una peluquera veinte años más joven. Mientras muestra fotografías sonrientes tomadas con una cámara instantánea en París, la madre, derrotada en el sillón, se marchita viendo la serie de televisión 'Falcon Crest'. En su tristeza, se pregunta:
¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo mi corazón.
Así, a través de estas historias de desilusión y pérdida, la canción nos sumerge en un mar de emociones donde el mes de abril representa un tesoro íntimo y sentimental que, de alguna manera, ha sido arrebatado sin aviso. Es un llamado a la reflexión sobre la fugacidad del tiempo, los amores perdidos y las heridas del corazón que guardamos en lo más profundo de nuestro ser.
