ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la profunda melancolía de la fuente del Danubio, donde se entremezclan tanto el consuelo como el dolor, se esconde un misterio espeluznante. En sus prados húmedos, un desastre desconocido ha dejado una estela de desolación. Las aguas rojas, teñidas por una sangre invisible, han sumido en la desesperación a los habitantes de la región. Los peces, los cisnes, todos han sucumbido a un destino incierto en las orillas y praderas envenenadas.
En medio de este desastre, la incógnita sigue sin resolverse: ¿dónde están los niños? Nadie presenció lo ocurrido, nadie ha podido dar testimonio de la tragedia que ha asolado el lugar. Las madres, desconsoladas, buscan respuestas en el caudaloso río, mientras el sufrimiento se propaga por los campos y diques, emponzoñando cada rincón.
Las banderas negras ondean en la ciudad, un símbolo sombrío de la devastación y la muerte que se han apoderado de la región. Los pozos contaminados y el aire viciado obligan a la gente a huir, dejando atrás un paisaje desolado y deshabitado.
En medio de la bruma de desolación, la pregunta persiste: ¿dónde están los niños? El misterio y la incertidumbre envuelven el destino de los más jóvenes, cuya ausencia desgarra el corazón de aquellos que buscan respuestas en un escenario de desolación y pérdida.
