ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una calle, la gente pasa, rostros sin voz ni nombre, como un flujo constante sin distinciones. Pero algo en el aire sugiere lo inusual, un desafío, un romper las normas. La rutina se detiene, se manifiesta una mancha, un error, y de repente todo cobra sentido. Una audacia increíble, una insolencia desconcertante, Zora sonríe, Zora sonríe, Zora sonríe.
Zora sonríe a las aceras, a los coches, a los transeúntes, al ruido ambiente, a las paredes, al mal tiempo. Su rostro al descubierto bajo el viento, sus piernas danzando mientras camina. Celebra lo que damos por sentado, avanza bendiciendo cada instante. Desafiando frases en las paredes, miradas torcidas, incluso insultos, sin importarle. Reparte sonrisas como si fueran tesoros, recibiendo la misma energía positiva. Zora sonríe, descaradamente, insolentemente.
Sonríe por ella misma, por estar presente, pero también por aquellas que están lejos. Por esas mujeres, sus hermanas, que han perdido la capacidad de sonreír. Entonces, entre lágrimas en el corazón, lágrimas en la vida, Zora sigue sonriendo, irradiando luz y esperanza. Zora sonríe, Zora sonríe, Zora sonríe.