ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Una vez me sentaba solo, dejando que tu luz me envolviera en mis noches de adolescencia, siendo mi única amiga en medio de la oscuridad. En aquella época, toda la sabiduría que necesitaba llegaba a través de mi radio, que me regalaba las viejas estrellas de todos los tiempos y me sumergía en mundos invadidos por Marte. Haciéndome reír, haciéndome llorar, haciéndome sentir que podía volar.
Por eso te pido, querida radio, que no te conviertas en un simple ruido de fondo, en una mala opción para aquellos que no comprenden o simplemente no aprecian, que solo se quejan cuando no te encuentran presente.
Tú viviste tu momento, tú tuviste el poder, pero aún aguarda por llegar tu mejor momento, radio. Pues, al final del día, todo lo que escuchamos es radio bla bla, radio blo blo, radio bla bla. Y en cada sonido, en cada palabra, en cada melodía, siempre está presente el eco de tu presencia.
Miramos los espectáculos, las estrellas en los videos, por horas y horas, apenas necesitando nuestros oídos, viendo cómo la música evoluciona a lo largo de los años. Esperando que nunca nos abandones, querida amiga, como suele suceder con todas las cosas buenas, pues en ti depositamos nuestra confianza.
Así que quédate con nosotros, porque quizás te extrañaremos cuando nos cansemos de este mundo visual, cuando anhelemos el consuelo de tu sonido familiar en medio de la vorágine del cambio constante y la incertidumbre. ¡Radio, hay alguien que aún te ama!