ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En el viento aullante viene una lluvia punzante. Observa cómo clava clavos en las almas del árbol del dolor. Desde la luciérnaga, un resplandor rojo naranja. Observa la cara del miedo, huyendo asustada en el valle debajo.
El cielo, el cielo. Bala en el cielo azul. Bala en el cielo azul. Bala en el azul. Bala en el azul.
En el viento de langosta viene un traqueteo y zumbido. Jacob luchó con el ángel y el ángel fue vencido. Plantas una semilla demoníaca, crías una flor de fuego. Observa las cruces ardiendo, observa las llamas subiendo cada vez más alto.
El cielo, el cielo. Bala en el cielo azul. Bala en el cielo azul. Bala en el azul. Bala en el azul.
Sí, bien, te sostengo. Mira, este tipo se me acerca. Su cara roja como una rosa en un arbusto de espinas. Como todos los colores de una escalera real. Y está despegando esos billetes de dólar. Colocándolos uno tras otro, cien, doscientos. Y puedo ver esos aviones de combate. Puedo ver esos aviones de combate. A través de las chozas de barro donde los niños duermen, por los valles y las tranquilas calles de la ciudad. Subimos la escalera al primer piso, tomamos la llave y desbloqueamos lentamente la puerta. Un hombre sopla en un saxofón, a través de las paredes escuchamos a la ciudad gemir. Afuera es Estados Unidos, afuera es América.
Así que estoy de vuelta en mi habitación de hotel, con John Coltrane y un amor supremo. Y en la habitación de al lado escucho a una mujer gritar. Su amante apaga, enciende la televisión. Y no puedo distinguir entre las noticias de ABC, Hillstreet Blues y un predicador en la Hora del Evangelio Antiguo. Robando dinero a los enfermos y ancianos. Bueno, el Dios en el que creo no está corto de efectivo, señor. Me siento lejos de las colinas de San Salvador. Donde el cielo se rasga y la lluvia cae a través de una herida abierta, azotando a las mujeres y niños. Azotando a las mujeres y niños. Corre, corre a los brazos de América.