MÚSICA CRISTIANA

En general se denomina música cristiana a aquella dedicada a Jesucristo. Es un término que engloba una enorme variedad de estilos musicales, cuyo denominador común es la fe cristiana y, en la mayoría de los casos, predica mensajes de la biblia. Sus orígenes se confunden con los de la propia religión, ya que muy tempranamente la música fue adoptada como un elemento litúrgico o ceremonial más del cristianismo.

Una gran diversidad de géneros

A lo largo de su existencia, la música cristiana ha conocido una enorme variedad de géneros. Músicos actuales de renombre internacional como Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner o Yuri han incorporado en sus letras el mensaje divino. Dado que una de las mayores utilidades de la música es el servir de compañía en momentos de soledad y también amenizar las reuniones, no resultó difícil descubrir su sinergia con el hecho religioso: la música cristiana se transforma en una especie de bálsamo para el alma.

Así, la música cristiana se convierte en un excelente vehículo para dar testimonio de vidas transformadas por Cristo o para divulgar sus enseñanzas. Los géneros usados en la actualidad son muy variados: góspel, pop rock, rock alternativo, cumbia, salsa, reggaetón, bachata, balada, bachata, merengue…

Beneficios para personas de avanzada edad

Existen estudios que indican que, entre personas creyentes de avanzada edad, la audición de música religiosa va asociada con una disminución de problemas psicológicos tales como la ansiedad ante la cercanía de la muerte o el aumento de la autoestima y la satisfacción vital. Este tipo de música se convierte así en un poderoso recurso socio-emocional que ayuda a promover el bienestar psicológico entre personas de edad madura.

La propia biblia está llena de canciones

¿Sabías que aproximadamente la décima parte de la biblia está escrita en forma de cantos? En particular todos los Salmos, las Lamentaciones y el Cantar de los cantares fueron originalmente concebidos como canciones. De hecho en las celebraciones litúrgicas católicas se está experimentando un auge en la escucha de los salmos en forma de cantos tal y como se supone que sonaban en tiempos bíblicos.

Todos estos cantos tenían como leit motiv la adoración de Dios y sus orígenes se remontan a tiempos del Rey David, quien reunió a miles de hombres de la tribu de Leví para convertirlos en músicos y cantores a tiempo completo, eximiéndoles de otras obligaciones mundanas para que se centraran en aquella tarea.

Incluso en la víspera de su muerte, el propio Jesucristo y sus discípulos entonaron alabanzas a Dios en forma de Salmos – los salmos de Hallel, llamados así por el uso repetido de la expresión Ha.lelu-Yáh o aleluya. Yáh es una forma poética abreviada del nombre de Dios -.

El canto también se convirtió en parte importante de la adoración, tanto pública como privada, de los primeros cristianos. Los conversos provenientes del judaísmo lo veían como una continuación de lo que acostumbraban hacer en la sinagoga, añadiendo constantemente nuevos himnos a los salmos hebreos que también empleaban.